¿QUE ENTENDEMOS POR AUTOESTIMA?






¿Qué entendemos por autoestima?

La autoestima es la valoración que tenemos de nosotros mismos, de nuestra manera de ser, de nuestros rasgos corporales y faciales, de nuestras capacidades físicas y mentales, en definitiva, de todos los pilares que conforman nuestra personalidad.
La autoestima comienza a hacer su aparición sobre los 5 o 6 años, cuando comenzamos a darnos cuenta de que los demás tienen un concepto sobre nosotros. Nos percatamos de que nuestros padres, familiares, maestros, amigos, compañeros, etc. opinan sobre nosotros y sobre nuestra forma de ser (María es muy guapa y buena niña, siempre saca buenas notas; Pablo es un trasto, siempre anda enredando por ahí).
Podemos aprender, variar y mejorar nuestra autoestima, pero a edades muy tempranas es importante que las personas más directas reafirmen en el niño una autoestima saludable, señalando y felicitando siempre todo lo positivo que hay en él.

Cuando un niño tiene una buena autoestima, se relaciona adecuadamente con los demás, no le da miedo hablar con los otros, dar y pedir ayuda cuando es necesario. Sabe reconocer las cosas valiosas que hay en su interior y las muestra orgulloso. Le gusta colaborar y responder a todo porque sabe que equivocarse no entraña riesgo alguno. Se siente competente y es más responsable de sus actos, además sabe lo importante que es aprender para él.

En cambio, cuando un niño tiene baja autoestima, no es capaz de confiar en sí mismo ni en sus posibilidades, con lo cual difícilmente pueda confiar en los demás. Esto le conduce a una situación de soledad, falta de comunicación, timidez, e incluso puede llegar a desarrollar conductas agresivas, debidas a su constante negación de sí mismo. Suele ser poco creativo, muy crítico y exigente con las cosas, sobre todo las que tienen que ver consigo mismo y muy indeciso en todo lo que hace, dada la falta de seguridad que persiguen sus actos. A la larga se verá inmerso en un bucle sin salida, ya que todas estas circunstancias que invaden su personalidad, hacen que los demás lo vean como alguien frágil, introvertido, “raro” y tiendan también a rechazarlo con lo que su autovaloración se verá una vez más mermada.

En la conformación de la autoestima influyen variados factores:

-      Factores personales: imagen corporal, competencias físicas e intelectuales, habilidades sociales, etc.
-      Personas significativas: todo aquel vinculado a su mundo, padres, hermanos, familiares, profesores, amigos, etc.
-      Factores sociales: valores, cultura, creencias, etc.

No hay que olvidar que el desarrollo del niño se realiza en el caldo de cultivo social en el estamos inmersos, es decir, la sociedad dictamina que cánones establecidos son los más valorados (más vale que seas alto que bajito, delgado que gordo, listo que tonto, rico que pobre, habilidoso que torpe, etc.). Por lo tanto, el niño que goce de unas cualidades bien miradas socialmente, fácilmente desarrollará una autoestima alta y saludable fomentada por el tipo de vida que le rodea.
Pero además, la opinión de los adultos más cercanos a él es de vital importancia para que ese desarrollo se haga efectivo, ya que nos afectan sobremanera las consideraciones y críticas que sobre nosotros tienen las personas a las que más veneramos, que son nuestros mayores más próximos. Entre más allegada sea una persona a nosotros, más nos afectará aquello que de nosotros piense.

Aunque es cierto que los niños, al igual que los adultos pueden pasar por rachas de baja autoestima en alguna ocasión, son los padres sobre todo, los que deben poner una especial atención si tal comportamiento inusual tarda en desaparecer, o incluso si no desaparece, ya que en tal caso sería conveniente visitar a un especialista, pediatra o profesional de salud mental que valore y trate a tiempo si es necesario el caso en cuestión.

Ofrecemos aquí algunas conductas que indican alta o baja autoestima, para tener una mejor percepción del concepto:

-      Conductas que indican alta autoestima:

o   Tener ganas de intentar cosas nuevas, de aprender, probar nuevas actividades.
o   Ser responsable de sus propios actos.
o   Hacerse responsable de otras personas.
o   Tener conductas pro-sociales.
o   Confiar en sí mismo y en su propia capacidad para influir sobre los acontecimientos que le rodean.
o   Manifestar una actitud cooperadora.
o   Aprender de los errores. Autocrítica.

-      Conductas que indican baja autoestima:

o   Rehuir el intentar actividades intelectuales, deportivas o sociales por miedo al fracaso.
o   Engañar, mentir, echar la culpa a los demás.
o   Conductas regresivas (hacerse el pequeño).
o   Comportamientos no sociales.
o   No confiar en sí mismo. Creer que no se tiene capacidad de control sobe los acontecimientos.
o   Agresividad, timidez excesiva o violencia.
o   Negación frecuente. Frustración.

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